en la versión de Richard Wilhelm (1) se lee:
El fuego en lo alto del Cielo alumbra a lo lejos, y todas las cosas pasan a la luz y se manifiestan. El débil trazo quieto ocupa el puesto de honor y todos los demás trazos, fuertes, están en correspondencia con él. Quien, ocupando un puesto elevado, es modesto y benévolo, lo obtiene todo como si acudiera a sus manos. *
*. El sentido de este signo concuerda con la palabra de Jesús: "Bienaventurados los mansos, pues ellos poseerán el reino de la Tierra."
EL DICTAMEN
La Posesión de lo Grande: Elevado Logro.
Los dos signos primarios indican que la fuerza y la claridad se unen. La Posesión de lo Grande está predeterminada por el destino y en correspondencia con el tiempo. ¿Cómo es posible que ese débil trazo tenga la fuerza suficiente como para retener y poseer a los trazos fuertes? Lo es gracias a su desinteresada modestia. Es éste un tiempo propicio. Hay fortaleza en lo interior, y claridad y cultura en lo exterior. La fuerza se manifiesta con finura y autodominio. Esto confiere elevado logro y riqueza. * *
** Podría pensarse que el signo "La Solidaridad", Nº 8, es más favorable todavía, puesto que allí un trazo fuerte reúne en su torno a los cinco débiles. No obstante, el Dictamen pronunciado en este caso: "Elevado Logro", es mucho más favorable. Esto se debe al hecho de que en aquel caso los solidarios reunidos por el fuerte gobernante son tan sólo simples súbditos, mientras que aquí el manso gobernante tiene a su lado únicamente a hombres fuertes y capaces que lo apoyan como ayudantes.
LA IMAGEN
El Fuego en lo alto del Cielo:
la imagen de La Posesión de lo Grande.
Así el noble frena el mal y fomenta el bien,
obedeciendo con ello la buena voluntad del Cielo.
El sol en lo alto del cielo que alumbra todo lo terrenal, es el símbolo de la posesión en gran escala. Mas semejante posesión ha de ser correctamente administrada. El sol saca a la luz del día lo malo y lo bueno. El hombre debe combatir y refrenar el mal y fomentar y favorecer el bien. Únicamente de este modo corresponde uno a la buena voluntad de Dios que sólo quiere el bien y no el mal.
LAS DIFERENTES LINEAS
Al comienzo un nueve significa:
Ninguna relación con lo dañino, esto no es un defecto.
Si permanece uno consciente de la dificultad,
quedará libre de defecto.
Una gran posesión que aún se encuentra en su período inicial y no ha sido atacada en modo alguno, permanece sin tacha; pues aún no se da la ocasión de cometer faltas. Pero hay muchas dificultades que deben vencerse todavía. Únicamente manteniendo alerta su conciencia ante tales dificultades llega uno a ser de verdad interiormente libre de toda posibilidad de arrogancia o malversación y ha prevenido así, en principio, toda posible falla.
Nueve en el segundo puesto significa:
Un gran carruaje para cargarlo.
Se puede emprender algo. Ningún defecto.
Una gran posesión consiste no sólo en la cantidad de bienes que uno tiene a su disposición, sino y ante todo en su movilidad y aplicabilidad. En este caso, podrá uno utilizarlos en bien de empresas a realizar y permanecerá libre de escrúpulos y de faltas. El gran carruaje que puede cargarse con muchas cosas y con el que puede viajarse lejos, sugiere la existencia de hábiles ayudantes que tiene uno a su lado, idóneos para su tarea. A gente así puede confiarse la carga de una gran responsabilidad, lo cual es realmente necesario cuando se trata de empresas importantes.
Nueve en el tercer puesto significa:
Un príncipe lo ofrenda al Hijo del Cielo.
Un hombre pequeño no sabe hacerlo.
Es cosa de un hombre magnánimo y de pensamiento libérrimo e] no considerar su posesión como propiedad exclusivamente personal y de ponerla más bien a disposición del soberano o del bien público. Adopta así un punto de vista correcto frente a la posesión que, en cuanto propiedad privada, jamás puede ser duradera. Un hombre de corazón estrecho, un hombre mezquino, ciertamente no es capaz de semejante actitud. En su caso una gran posesión acarrea daños, puesto que en vez de sacrificar él intenta conservar. *
* Se expresa aquí, con respecto a la posesión, el mismo principio fundamental que se manifiesta en la palabra: "Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará." S. Lucas, 17, 33.
Nueve en el cuarto puesto significa:
Establece una diferencia
entre sí y su prójimo.
No hay defecto.
Esto caracteriza una situación que surge entre vecinos ricos y poderosos y que acarrea peligro. Es cuestión entonces de no mirar ni a derecha ni a izquierda, sino de permanecer libre de envidia y del intento de lograr lo mismo que otros. Así quedará uno libre de falIas.**
** Una traducción diferente y generalmente aceptada diría: Él no confía en su abundancia. No hay defecto.
Así significada que uno se mantiene exento de defectos teniendo como si no tuviera.
Así significada que uno se mantiene exento de defectos teniendo como si no tuviera.
Seis en el quinto puesto significa:
Aquel cuya verdad es afable y sin embargo digna,
tendrá ventura.
La situación es sumamente favorable. Sin coacción externa y sólo en virtud de una franqueza espontánea, conquista uno a los hombres, al punto de que también ellos respondan con simpatía y franca sinceridad.
No obstante, en tiempos de posesión de lo grande la mera mansedumbre no es suficiente, pues podría surgir, paulatinamente, la impertinencia. Esta aparición de la impertinencia ha de ser dignamente mantenida dentro de sus límites y entonces la ventura será cierta.
No obstante, en tiempos de posesión de lo grande la mera mansedumbre no es suficiente, pues podría surgir, paulatinamente, la impertinencia. Esta aparición de la impertinencia ha de ser dignamente mantenida dentro de sus límites y entonces la ventura será cierta.
Al tope un nueve significa:
El es bendecido desde el Cielo. ¡Ventura!
Nada que no fuese propicio.
En la plenitud de la posesión y del poder conserva uno la modestia y honra al sabio que se mantiene apartado del ajetreo mundanal. Con tal actitud, se coloca uno bajo el influjo de las bendiciones que llegan del cielo, y todo irá bien.
Confucio dice acerca de este trazo: "Bendecir significa ayudar. El Cielo ayuda al que se entrega, los hombres ayudan al veraz. Quien se conduce con veracidad y es abnegado en su pensar, y además tiene en alta estima a los dignos, ése recibe la bendición del Cielo. Encuentra Ventura y no hay nada que no sea propicio."
Confucio dice acerca de este trazo: "Bendecir significa ayudar. El Cielo ayuda al que se entrega, los hombres ayudan al veraz. Quien se conduce con veracidad y es abnegado en su pensar, y además tiene en alta estima a los dignos, ése recibe la bendición del Cielo. Encuentra Ventura y no hay nada que no sea propicio."
(1) I Ching - El Libro de las Mutaciones. Ed. Sudamericana 7ma. edición Buenos Aires 1985 - ISBN 950-07-0085-9